El telescopio espacial ha encontrado galaxias tan antiguas y brillantes que los astrónomos y cosmólogos podrían tener que replantear sus teorías.

Las galaxias encontradas por el James Webb podrían haberse formado poco después del Big Bang. Foto: NASA / ESA
23/11/22
El telescopio espacial James Webb sigue empujando los límites de nuestro conocimiento. El último 17 de noviembre se confirmó que este observatorio en órbita captó a dos de las galaxias más antiguas jamás vistas. Este descubrimiento tiene a los científicos cautivados y un poco confundidos debido a que la existencia de dichas estructuras cósmicas podría cambiar los modelos ya establecidos sobre la evolución del universo.
Según el artículo que reporta el hallazgo, publicado en la revista Astrophysical Journal Letters, determinó que las imágenes tomadas de ambas galaxias corresponden a 450 millones y 350 millones de años después del Big Bang, el estallido señalado como el origen del universo, hace 13.800 millones de años.
Hasta allí, todo bien, son muy antiguas. Pero algo no cuadra: a diferencia de otras galaxias halladas en el universo primitivo, estas son demasiado brillantes.
En una teleconferencia de prensa de la NASA, los autores del estudio indicaron que ese brillo extremo apunta a dos posibilidades extraordinarias.
El final de la edad oscura
Una de las posibles explicaciones es que ambas galaxias son muy masivas, repletas de estrellas como las galaxias actuales. Sin embargo, para ello tuvieron que empezar a formarse apenas 100 millones de años después del Big Bang.
Eso es un problema muy grande, ya que la cosmología establece que la edad oscura del universo, la época en que solo había gas disuelto sin posibilidad de formar estrellas ni reflejar luz, duró hasta 200 millones de años después del origen del cosmos.

La edad oscura comenzó 370.000 años tras el Big Bang y duró unos 200 millones de años. Imagen: C.-A. Faucher-Giguere et al. / Science
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