Las protestas por la muerte de la joven se intensifican y amplían sus reivindicaciones del velo a la libertad.
Miles de iraníes rememoran a Mahsa Amini en su tumba al final del luto por su muerteEL MUNDO (Vídeo) // AFP (Foto)
27/10/22
Una chica alienta sobre el capó de un coche a miles de personas que se dirigen a la tumba de Mahsa Amini, en Saqqez. UGCAFP
El luto está cumpliendo 40 días, porque este suceso no se ha quedado en el olvido de los ciudadanos, ya que se puede ver que sigue sacudiendo los cimientos de la República Islámica. Ha aumentado la intensidad y amplitud de las protestas, que involucran a mujeres y hombres, adultos y adolescentes.
¿CÓMO EMPEZÓ TODO?
El 16 de septiembre, una joven Mahsa Amini, de 22 años, fue arrestada por la policía moral por violar la ley del velo y luego murió bajo custodia, lo que provocó indignación. El día 40 de su muerte se marcó ayer en un ciclo de duelo que es significativo entre la rama mayoritaria chiíta-albanesa del Islam de Irán. Miles de personas tienen peregrinaciones a las mujeres jóvenes Saqqez (Irán) para conmemorar este día, y muchas otras se concentran en las principales ciudades del país. Las fuerzas de seguridad descartaron el funeral y utilizaron los medios de gasolina y disturbios para protestar en la ciudad.
¿ES UNA PROTESTA POR EL VELO O HAY ALGO MÁS?
Las manifestaciones tienen raíces más profundas y cuestionan todo el sistema de gobierno que apoya a la República Islámica. Son décadas de impunidad, libertades civiles limitadas, discriminación contra las mujeres y las minorías raciales y religiosas, las que limitan grandes franjas de la sociedad y causan sufrimiento económico. Trabajadores de la estratégica industria petrolera, abogados, médicos, docentes y hasta futbolistas de la selección nacional se sumaron a las protestas.
¿CÓMO HA REACCIONADO EL RÉGIMEN?
La represión brutal ya se llevó a cabo en 2009 y 2019. El grupo de exiliados iraníes contabilizó la vida de al menos 234 personas, incluidos al menos 23 menores de edad, a manos de las fuerzas de seguridad que utilizaron munición real contra los manifestantes. 12.000 presos y decenas de disidentes fueron detenidos por precaución. Decenas de menores fueron detenidos y enviados a centros de reeducación. Internet no funcionaba y los periodistas no podían entrar, por lo que no hubo testigos.
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