El año pasado, el país sembró 204.000 hectáreas de la famosa planta, un 43% más que en 2020, y laboratorios secretos procesaron otras 73 toneladas del polvo blanco.

Un militar colombiano junto a un alijo de cocaína en el distrito de Turbo. HANDOUT (REUTERS)
22/10/22
Colombia ha batido un nuevo récord de cultivo de árboles con más de 200.000 hectáreas en todo el territorio, frenando la tendencia a la baja de los últimos años. El informe anual del Sistema Integrado de las Naciones Unidas para el Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), publicado este jueves, y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, abreviado como coca en inglés) aumentó de 143.000 hectáreas a 204.000 hectáreas al fin de año. De 2021, era la primera vez que el recién formado gobierno de Gustavo Petro abogó por el fin de la fallida guerra contra las drogas, pero se refirió a lo sucedido un año antes de su elección e investidura.
El país andino, el mayor productor mundial de coca, ha visto un ligero aumento en la superficie de cultivo de este producto (a base de cocaína) desde 2018, pero se ha mantenido en un nivel sin precedentes desde el récord anterior de 171.000 hectáreas por año. 2017. La producción de clorhidrato de cocaína potencial alcanzó las 1.400 toneladas el año pasado, lo que también es un récord. La cosecha ha ido en aumento desde 2014, pero no siempre junto con el crecimiento de la tierra cultivable, ya que la productividad por hectárea ha aumentado.
El ministro de Justicia, Néstor Osuna, reconoció en la presentación que se trata de un aumento de cultivos y producción “sin precedentes en la historia del país” a pesar de los esfuerzos de erradicación. “Si continuamos con lo que hemos hecho durante los últimos 10 o 20 años, el resultado no va a cambiar”, dijo y enfatizó que el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC a finales de 2016 fue el último. Plan de acción sobre la política de compensación de cultivos. El informe es "una observación del punto de partida en el que nos encontramos", estimó, agradeciendo "el descenso a la realidad". Destacó que la nueva política antidrogas, que aún está en desarrollo, está relacionada con aspectos como la pacificación regional, pero no considera la legalización del comercio y contrabando de cocaína.
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